En la villa de Onil la situación es igual de sangrante que en el resto de la comarca. Los desmanes de la Generalitat Valenciana a la hora de sufragar grandes eventos (campeonatos de fórmula uno, visitas papales o rallys marítimos, por poner sólo tres ejemplos) han descuidado cuestiones tan importantes como la sanidad y la educación hasta que la ciudadanía se ha plantado, ha dicho ‘basta’ y ha pedido a Alberto Fabra que apechugue con la incómoda herencia que le ha dejado su antecesor al frente de la Presidencia, Francisco Camps.
El problema no es de hoy ni de ayer, sino que surge de una irresponsable dejación de funciones que ha provocado que los centros lleven sin recibir dinero desde hace al menos ocho meses. Y ahora empiezan los problemas, las protestas y las imágenes incómodas en los medios de comunicación, que han provocado que la Generalitat haya realizado un mínimo pago que ni contenta a nadie ni soluciona nada, pero menos da una piedra, al menos la agonía se hace más llevadera.
Esa agonía durará en el Instituto de Educación Secundaria La Creueta, exactamente, sesenta días. Los mismos que el centro ha calculado que tardará en quedarse sin dinero y comenzarán los verdaderos problemas, comenzando por la calefacción, pues aún serán días de frío, y el suministro de electricidad.
Las medidas salvadoras sería deseable que llegaran antes, pero por si acaso no está mal recordar cada día que queda un día menos para tocar fondo. Esa es la punta de lanza de la protesta que está llevando a cabo este centro, de modo que una gran pancarta va marcando la cuenta atrás para la debacle.
Obviamente, las manifestaciones, tanto de profesores y alumnos, están a la orden del día. Alrededor de 80.000 euros deberían entrar a las arcas del centro para volver a la normalidad.
En cuanto a los dos colegios, más de lo mismo.
Las medidas, en el fondo, son muy similares en toda la comarca: suspensión de viajes y actividades extraescolares, gasto mínimo o nulo y, en definitiva, un gran malestar que podría haberse evitado, simplemente, haciendo bien las cosas.