Ya no es la primera ocasión en que desde el PSOE menosprecian a la alcaldesa de Ibi, Mayte Parra, en un acto público. Entonces lo critiqué, y ahora creo que toca hacer lo mismo, por echarla de un encuentro con los fabricantes de juguetes representados por la asociación nacional AEFJ. Ignoro si allí mismo, cuando invitaron a la máxima representante del pueblo a abandonar el restaurante, las dos ministras, Ángeles González Sinde y Leire Pajín, se percataron del gesto. Porque entonces tenían que haber rectificado a sus militantes ibenses y haber demostrado la categoría que se les supone, en el cargo.
Como la información que ha trascendido pone a la vista una organización un tanto chapucera y mezclando el pedigrí de los dos ministerios con la gestión de partido político, ya que llevaban a sus señorías en coches de los militantes, y convocaron a los empresarios desde la agrupación local del PSOE, todo huele a ese vicio tan español de creerse que las instituciones son un cortijo particular, cuando uno gana las elecciones.
Estoy seguro de que entre los socialistas, más de uno (empezando por su exponente principal, Antonio Martos) desaprueba el bochornoso espectáculo de vetar a la alcaldesa, pero tampoco estaría de más que alguien diera la cara y pidiera disculpas.
La labor de oposición debe centrarse en criticar la gestión del que gobierna allí cuando perjudica a la mayoría, o proponer alternativas, como suele hacer honestamente en tantas ocasiones el PSOE ibense, y nunca comportarse como miserables políticos aprovechando que uno está bien arropado porque ha venido su “primo el de Zumosol”.
La postura de los fabricantes de juguetes, por boca de José Antonio Pastor, me parece acertada, desmarcándose de politizaciones y dejando claro su malestar por estas pequeñeces.
Es más, ya que la buena nueva de que el juguete se considera “industria de interés cultural” puede tener positivas repercusiones para nuestro sector señero, un detalle de elegancia por parte de los organizadores habría sido invitar también a los portavoces de los otros grupos con representación municipal. Y animar así un debate constructivo, entre todos, para intentar que beneficie lo más posible a nuestra maltrecha economía.