Ibi se ha convertido un año más el 28 de diciembre en el foco de atención de las cámaras de televisión de todo el país, atraídas por la disparatada fiesta de Els Enfarinats.
A las nueve y media de la mañana, la alcaldesa, Mayte Parra, cedía la hipotética vara de mando al alcalde dels Enfarinats, que imponía a partir de entonces su autoridad. A continuación, junto a los integrantes de la oposició, tomaban posesión de sus cargos en el salón de Plenos y desplegaban en el balcón del Ayuntamiento una bandera como símbolo de su mandato, que finaliza a las cinco de la tarde.
Después, enfarinats i oposició se han dirigido a la plaza de la Iglesia donde ha protagonizado su famosa batalla a base de huevos y harina. Cientos de vecinos han seguido los acontecimientos desde las escalinatas de la plaza, lugar declarado como zona neutral, y a salvo de cualquier ataque.
Más de 6.000 kilos de harina, docenas de huevos y cohetes borrachos se emplean en esta singular y divertida batalla, donde los que no pagan la multa son arrestados con el aixavegó y encarcelados.
A las doce del mediodía, els Enfarinats recorren los comercios e imponen multas por incumplir sus disparatadas normas. El dinero que se recauda se entrega posteriormente al Asilo San Joaquín.
A las cinco de la tarde, el alcalde dels Enfarinats autorizará el inicio de las danzas, finalizando así su mandato.