Si la delincuencia es cada vez más especializada, aún siguen existiendo ladrones de andar por casa. Simplemente con robar la correspondencia de los buzones tradicionales, el delincuente puede ocasionar graves perjuicios a las víctimas, ya que estas acaban en listas de morosidad que les impiden solicitar préstamos o adquirir cualquier tipo de contrato.
En las últimas semanas, la Guardia Civil de Ibi está recibiendo decenas de denuncias, de residentes en Castalla, Onil e Ibi, sobre la usurpación de identidad. Este robo de los datos personales se utiliza para contratar nuevas líneas de teléfono, televisión de pago (por satélite) o para hacerse con nuevos teléfonos móviles, según fuentes próximas a la investigación.
El ‘modus operandi’ empleado es muy sencillo ya que estos cacos solo precisan de unas tijeras o, en su defecto, romper una pequeña cerradura para conseguir la documentación de la víctima del interior de los buzones. Cartas del banco o facturas de compañías telefónicas son suficiente para que un delincuente posea los datos personales de la víctimas para hacerse pasar por ellas y, de este modo, dar de alta varias líneas de teléfonos a través de Internet o bien telefónicamente, solicitando terminales de la gama más alta posible. Fuentes de la investigación especifican que se trata de fraudes relacionados con la adquisición de terminales que ascienden a 200 ó 300 euros por caso.
El infractor utiliza una dirección real (de un amigo o familiar) pero no su domicilio habitual para que la compañía le envíe el teléfono. Aunque parezca paradójico, según las mismas fuentes, hay algún caso en el que el propio delincuente facilita su verdadero número de cuenta bancaria a la compañía telefónica.
Ladrones por cuenta propia
Según fuentes de la investigación se trata de delincuentes que actúan por cuenta propia, por lo que descartan que detrás de estas estafas actúen grupos organizados dedicados a la usurpación de identidad para cometer delitos de falsedad documental o estafa.
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