En Ferraz (PSOE) deben de estar celebrándolo con cava y a lo grande tras conocerse el último capítulo del affaire entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. Un deplorable espectáculo que ha salido a luz tras la publicación de las posibles investigaciones de un detective privado contratado por la dirección del PP a nivel nacional para averiguar las operaciones mercantiles entre el hermano de la presidenta y la Comunidad Autónoma a cuenta de la compra de material sanitario durante los primeros meses de la pandemia. Y el tema no pinta nada bien para los populares porque, pase lo que pase, todos saldrán perdiendo, sobre todo aquellos ciudadanos que han depositado su confianza en un partido que parece no sabe gestionarse a sí mismo. Un escándalo de consecuencias imprevisibles que quizá no se conocería si no hubiera sido por la guerra entre Casado y Ayuso por el control del partido en la Comunidad de Madrid. Una historia que parece repetir decorados pasados que rememoran la triste etapa vivida en Ibi, experimentada de primera mano, que acabó con la cabeza política de la exalcaldesa Maite Parra.
Estas guerras internas no son exclusivas de un solo partido, también está el ‘fuego amigo’ que sufrió Jorge Rodríguez (PSOE), cuando en 2018 era presidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Onteniente, y fue detenido en un operativo de la policía por presuntas contrataciones irregulares realizadas en una empresa pública valenciana que acabó con la expulsión de su formación. Y es que cuando se trata de encabezar o controlar un partido político, sea del color que sea, en cualquiera de los ámbitos territoriales que sucedan, caben muchas posibilidades de que esa batallitas acaben en la plaza pública. Triste consuelo para el resto de los mortales.
No teníamos bastante con bajar a ‘segunda división’ en cuanto calidad democrática en España, que ahora no encontramos con este reality show, con tintes de novela negra, protagonizado por dos representantes con proyección a gobernar España. Así no hay manera de levantar un país que debería estar centrado en resolver las consecuencias de una crisis que se ha llevado a muchos por delante. ¿Para cuándo?