Más de 50 vecinos de Castalla han pasado ya por la Unidad de Cesación Tabáquica, ubicada en el Centro de Salud, para intentar dejar de fumar con ayuda médica mediante el Plan Municipal contra el Tabaquismo, gracias al cual los pacientes sólo pagan la mitad del tratamiento, encargándose del resto el Ayuntamiento (42%) y las farmacias de la localidad (8%).
Así, el tratamiento anual con un fármaco específico para dejar de fumar le cuesta al paciente 180 euros, en lugar de los 360 euros que debería desembolsar si no estuviera acogido a este programa de cesación tabáquica, que cuenta con la supervisión de los médicos de atención primaria del Centro de Salud de Castalla y un servicio de psicología, de forma que se pueda abordar de forma integral el problema que supone el tabaquismo.
La Unidad de Cesación Tabáquica entró en funcionamiento en febrero de este año, dentro del Plan de Drogodependencias puesto en marcha en 2004 por la Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias (Fepad).
Premio de la Fepad
El alcalde de Castalla, José Luis Prats, recordó que este plan municipal, encaminado a fomentar hábitos saludables y erradicar el consumo o la dependencia de cualquier tipo de sustancias (desde alcohol y tabaco hasta drogas ilegales) obtuvo un premio de la Fepad hace tres años, un reconocimiento “que nos impulsa a seguir trabajando en nuevas acciones preventivas”.
Tanto el primer edil como la concejal de Sanidad, Susan McKenzie, coincidieron en que “es muy difícil dejar de fumar sin ayuda médica, puesto que, de quienes dejan el tabaco sólo con su fuerza de voluntad, sólo un 3% sigue sin fumar al cabo de un año”, de modo que el 97% restante vuelve a recaer. Por ello es tan valioso contar con una Unidad de Cesación Tabáquica en Castalla.
McKenzie indicó que esta campaña sigue activa y animó a que los vecinos de Castalla que hayan decidido dejar de fumar acudan al Centro de Salud y se acojan a este beneficioso programa municipal.