El ex propietario de Feber ha sido incluido en el Expediente de Extinción de Contratos de la mercantil
Manuel Rodríguez anuncia una demanda contra Famosa por despido “ilegal”
El ex propietario de la empresa Feber, Manuel Rodríguez Ferre, ha anunciado que presentará una demanda por haber sido incluido en el Expediente de Extinción de Contratos que realizó Famosa en diciembre.
Manuel Rodríguez es uno de los 42 trabajadores que han sido despedidos por la compañía juguetera, pero considera “injustificada e ilegal” su inclusión en el ERE, debido a su contrato especial con Famosa. Además, aclara que la empresa nunca mantuvo negociaciones con él y acusa a Vista Capital de tener experiencia en “pleitear” con antiguos propietarios.
Ésta es una de las demandas que el ex dueño de Feber presentará contra la firma colivenca, a la que se unirán, según explica en un escrito remitido al periódico, otras reclamaciones por “posesión ilegal de activos y numerosos moldes que no se vendieron y que, después de tres años, no han entregado”.
Pero además, Manuel Rodríguez ya tiene denuncias interpuestas contra Famosa por deudas pendientes, relacionadas con el alquiler de las naves que son de su propiedad.
En el escrito, Rodríguez vierte duras críticas a los actuales directivos de Famosa, a los que culpabiliza de la crisis financiera por la que atraviesa. Explica que nunca han aceptado sus propuestas y planes de control y reducción de gastos (como el cierre de las oficinas de Madrid y el traslado del personal a Ibi y Onil o la “poda” de un ejecutivo sobre el que se demostró que trabajaba en beneficio propio) ni tampoco el proceso de deslocalización de China hacia España.
Manifiesta que siempre fue partidario de fabricar en China, pero “sólo lo que realmente aporte ventajas” y explica que durante el tiempo que permaneció en Famosa demostró, con la fabricación de una colección de muñecas, que con los “excelentes” empresarios de Onil se consigue calidad, costes inferiores y las ventajas de no tener que acumular stocks.
Manuel Rodríguez indica que lo apropiado hubiese sido realizar un ERE temporal y avisa que la medida tomada no soluciona el problema y sólo se consigue que la compañía pierda valor al debilitar el área de nuevos desarrollos y se abre la puerta a nuevas regularizaciones de empleo, “por reducir erróneamente las inversiones en nuevos productos a fabricar en el país”.
Explica que está resignado “pero nunca pensé que esto ocurriría” y expresa su disposición a colaborar en este proyecto, si otros inversores compran la empresa.
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