Por Vicente J. Sanjuán
Aparte del tuyo siempre hay otro punto de vista. Al menos, debes de escuchar otro punto de vista e intentar empatizar con él para detraer enseñanzas contrapuestas a las tuyas.
Si hablamos de “progresista” o “progreso” como valores debemos de contraponer éstos a sus opuestos, es decir, “tradicionalista” o “tradición”. Si se se progresa es siempre desde algún sitio y hacia otro sitio mas allá del punto de partida. La doctrina política y la modernidad han contrapuesto estos valores asignando la tradición a las sociedades estamentales premodernas y el progreso a la ilustración y a las utopías de todo tipo. El resultado ha sido la destruc- ción del mundo pre-moderno y la consecución progresiva de fines como la igualdad de géneros, los derechos humanos universales o el estado de bienestar, pero TAMBIÉN el terror revolucionario y los totalitarismos del siglo pasado.
Los valores asociados a la tradición (autoridad, obediencia, jerarquía, estabilidad, etc) son denostados por los defensores del progreso per se: Los hijos ya no creen necesario obedecer a sus padres o a sus maestros, la revolución es el único camino, los jóvenes políticos no valoran la Transición ni los valores de consenso o estabilidad que ven como valores caducos o franquistas. El pasado o la tradición no sirven para nada o son obsoletos, el humanismo cristiano es algo atrabiliario y el estado de derecho es una convención a la que es conveniente ignorar si el fin superior “progresista-revolucionario” así lo exige. La revolución no reconoce ordenamientos jurídicos si no se pliegan a su revolucionaria legalidad.
Somos tradición porque somos seres capaces de memoria, seres históricos con una trayectoria cultural desarrollada en el tiempo como poso de experiencia documentable. Conservar tradiciones no es necesariamente malo porque no nacemos ex nihilo en cada momento. Leer a Epicuro es más revolucionario que quemar un cajero automático.
El progreso no es malo en sí mismo pero tiene que reconocer lo valioso de los contenidos y los métodos que han hecho tradición y es hecho probado que las grandes revoluciones han traído a los grandes asesinos de masas de su tiempo: Napoléon y Stalin.
Se afirma que los grandes asesinos históricos han sido las religiones que han sacrificado el hombre a Dios (a su idea de Dios) pero también han sido grandes asesinos históricos los hijos terribles del progreso histórico-político: los totalitarismos y los nacionalistas que, como las denostadas religiones, sacrifican el hombre al Estado o al Pueblo.
Pd: ¿Es bueno ser conservacionista respecto a la naturaleza y es malo ser conservador en política?
Se te olvido Hitler po casualidad
Hay un ranking de genocidas del siglo XX y que encabeza Mao Ze Dong al que siguen Stalin, Hitler, Pol Pot y otros de triste memoria. No solo se me olvida Hitler sino otros tantos pero se trata de un artículo de opinión con una limitación de palabras. La palabra "totalitarismo" desde el libro clásico sobre el tema escrito por Hannah Arendt ya engloba tanto al comunismo como al nazismo. Hay muchos a los que se les olvida a Stalin o a Mao cuando se habla de genocidas y de genocidio.