Por Vicente J. Sanjuán
El domingo me tocó presidir una mesa electoral en Benidorm y pudo pasarme un caluroso y húmedo domingo de verano en un Colegio Electoral hablando con unos y con otros así como viendo la impresionante máquina electoral que es el PP (al menos en Benidorm).
Había miedo el domingo; sobre todo en el PP y en el PSOE. Los del PP veían a los de Ciudadanos como intrusos en su finca y fomentaban el miedo a la hecatombe que sufriría España con el gobierno del Coletas y sus compis guays. El PSOE también tenía miedo a que los de Podemos les pasaran en escaños y en número de votos y culpaban de ello a su líder Sánchez el soberbio (no al soberbio Sánchez). Con el fin de las votaciones y el móvil con pinganillo vino el momento de pánico: las elecciones a pie de urna clavaban los tapas del ataúd de PP/PSOE. Yo leía las papeletas y veía sus caras de preocupación cuando salían los votos de Podemos.
Al final ya saben el resultado: saltó el voto agazapado del PP y el hundimiento de Podemos. También los socialistas respiraban mas o menos alegres sabiendo que los de Podemos se la habían pegado y seguían siendo los segundones.
A nivel nacional los perdedores habían sido Podemos+IU (-1.089760 votos), C’s (-390.759), PSOE (-120.606) y Convergentes (-85.414). Los triunfadores fueron el PP (+669.220 votos) y ERC (+27.512 votos). En Ibi; el PP aumentó el porcentaje en +4’78 €, el PSOE lo aumentó en 50 votos (+0’66), C’s perdió en porcentaje (-1’12€) y Unidos Podemos perdió no solo en relación a los votos que sacó en diciembre del 2015 sino que se perdieron “por el camino” los 703 votos que Unitat Popular (EUPV) había sacado también en diciembre; o sea que la suma EUPV+Podemos, en Ibi, no solo no ha sumado sino que ha perdido alrededor de 5 puntos en voto emitido. Un desastre (para ellos, claro).
Conclusiones: hay que felicitar al PP como claro vencedor y los demás partidos deberían facilitar su investidura, al menos con la abstención sino se quieren coaligar con ellos. Al PSOE y a C’s no les va a venir muy bien electoralmente que sean los culpables de unas terceras elecciones en un año. Juntos, los tres, pueden pactar reformas constitucionales expuestas en un documento público de obligado cumplimiento que le marque el camino al PP.
Podemos ha sido tan inteligente que se ha pasado de listo; se deben de estar arrepintiendo amargamente por su estupidez al no facilitar un gobierno de Pedro Sánchez en diciembre. Ahora les toca sufrir PP por una buena temporada, en la culpa llevan la penitencia.
Al PP le ha salido bien la jugada de crear el monstruo podemita (el Brexit ha sido la suerte del campeón) para que el miedo dominara la razón de unos votantes desencantados o emigrados a otros partidos. Unos votantes, no debe olvidarlo el PP, que emigraron o se dejaron ir por culpa del hedor de las cloacas del Ministerio del Interior o de la corrupción estructural del partido de Mariano, Rita, Granados o Rato (Rodrigo).