Editorial 647
No es que sea cosa nuestra, como ella dice, que si queremos que dimita y tal; es que poco a poco está consiguiendo hartar a más de uno con esa actitud suya y ha llegado a un punto sin retorno en el que ya no sabe para dónde tirar.
Como es consciente de que su popularidad pasa por sus horas más bajas, el viernes decidió hacer acto de presencia en las 24 Horas Deportivas, justo a la hora en que los usuarios del Centro Especial de Atención al Mayor (CEAM) acababan su encomiable exhibición de gimnasia.
Así, Mayte Parra hizo lo que más le gusta hacer: darse un baño de multitudes a costa de los abuelitos; por supuesto, regalándoles la impepinable plantita. Y los pobres tan contentos, pues, cuando ya se está de vuelta de todo, una sonrisa y una planta bastan para alegrarle a uno la tarde.
Una vez acabada la entrega floral, mutis por el foro y ya nunca más se supo. Hasta el lunes 18 de junio, cuando quiso repetir la jugada en el acto de protesta del Centro Ocupacional San Pascual y salió trasquilada. El público, obviamente, no estaba por la labor de que la alcaldesa politizara esta manifestación con sus promesas vacías, puesto que el Partido Popular ya ha dejado bien claras sus prioridades.
Mientras centros como el San Pascual de Ibi aún no han cobrado ni un duro de la subvención autonómica de este año, y los monitores y demás trabajadores llevan tres meses sin cobrar, el Partido Popular sigue empecinado, por ejemplo, en la Fórmula 1, la Volvo Ocean Race y el Aeropuerto de Castellón (así nos puede tomar el pelo por tierra, mar y aire).
Si tanto genio tiene para ciertas cosas, ya va siendo hora de que lo saque donde hace falta: en defender los intereses de su pueblo. Si no, que se vaya acostumbrando a las pitadas públicas mientras siga siendo alcaldesa de esta paciente localidad.