Está previsto impartir clases de valenciano y castellano para ayudar a los inmigrantes a integrarse socialmente
Los voluntarios de Cáritas de la Iglesia de la Transfiguración preparan un proyecto de inserción lingüística para inmigrantes
Los voluntarios de la organización Cáritas de la Iglesia de la Transfiguración tienen pensado llevar a cabo un proyecto de integración lingüística para favorecer la inserción de los inmigrantes en la sociedad.
El proyecto consistiría en ofrecer clases de valenciano y castellano a los inmigrantes para facilitar su integración en la sociedad. Para ello, se crearían dos grupos de alumnos, uno de mayores, a los que se les enseñaría un lenguaje básico de inserción, y uno de niños, con los que se buscaría crear un grupo de apoyo escolar.
La idea, concebida por el voluntario Pepe García, aún no está definida completamente, aunque, según él, le gustaría que se empezase a llevar a cabo a partir de septiembre para que su inicio coincidiese con el del curso escolar.
Según el propio Pepe García, con esta idea se pretende dar respuesta a una fuerte demanda de inmigrantes que no pueden comunicarse con normalidad con el resto de ciudadanos.
Voluntarios de Cáritas
En la actualidad, la asociación de Cáritas de la Iglesia de la Transfiguración está formada por alrededor de quincevoluntarios, que atienden a los necesitados los martes y jueves entre las ocho y las nueve de la tarde.
Entre los servicios que ofrecen están la entrega de bolsas de alimentos de primera necesidad, la venta de ropa a un precio simbólico (que después es utilizado para financiar otros proyectos) o las ayudas económicas para pagar recibos de la luz o el agua.
Las bolsas de alimentos, de las que se estima que dependen alrededor de 250 personas de unas 50 familias, contienen alimentos de primera necesidad no perecederos, tales como arroz, pasta, leche, galletas, azúcar o aceite.
Los alimentos son proporcionados, bien por donaciones de particulares anónimos, bien por empresas privadas que se solidarizan con los desfavorecidos. Cuando las donaciones de alimentos escasean, la asociación recurre al Banco de Alimentos de Alicante, que se encarga de distribuir entre diversas asociaciones benéficas los alimentos enviados por el Banco de Alimentos de la Comunidad Europea.
Actualmente, Cáritas distribuye alrededor de 60 bolsas de alimentos semanales.
En cuanto a la ropa, la organización se encarga de recolectar y seleccionar ropa de particulares que después es vendida por un precio simbólico con el que la asociación se autofinancia. Además, Cáritas no sólo se encarga de recoger prendas de ropa, sino que también recolecta algunos enseres de hogar como colchones, cortinas o carritos de compra.
A su vez, las prendas de ropa descartadas se reenvían al Proyecto Lázaro, que se encarga de distribuir la ropa por centros penitenciarios para facilitar la reinserción laboral de algunos presos.
Por otro lado, la asociación también cuenta con un servicio de ayudas económicas, subvencionado por la Iglesia de la Transfiguración y algunas donaciones anónimas, con el que ayudan a los necesitados a pagar algunos recibos como los de la luz, el agua o el gas a cambio de la colaboración en trabajos de mantenimiento en la Parroquia o en el Patronato.
Para llevar a cabo dicho trabajo, Cáritas intenta adecuar sus ayudas a cada uno de los demandantes. Así, cuenta con un equipo de tres voluntarias que se encargan de realizar un seguimiento personalizado de cada uno de ellos para poder responder a sus necesidades de la mejor manera posible.
La asociaciòn también intenta combinar sus esfuerzos con los Servicios Sociales y con Cáritas de la Iglesia de Santiago Apóstol para poder dar una respuesta unificada a los problemas de los desfavorecidos.
Cáritas y la crisis
Según la voluntaria de Cáritas Paqui Canales con el aumento del desempleo el número de personas que solicitan la ayuda de la asociación ha aumentado considerablemente. Sin embargo, afirma que el número de donaciones y de ayudas también ha aumentado, así como la concienciación de los habitantes de la localidad, que cada vez colaboran más activa y desinteresadamente.
Por otro lado, los voluntarios destacaron que el número de personas españolas que han empezado a solicitar ayuda ha aumentado con respecto al número de inmigrantes.
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