El cierre de la Cooperativa de Ibi está provocando que sus socios tengan que buscar otras sociedades agrícolas donde puedan llevar la cosecha de oliva de este año.
A la Cooperativa de Castalla se han acercado ya más de cuatrocientas personas y otras tantas lo han hecho también a la Onil, con la esperanza de que el trabajo de recolección que comienza en estas fechas llegue a una almazara para obtener el aceite. Los socios de la Cooperativa ibense con olivos cercanos a la costa están acudiendo a las cooperativas de Elche y otros lo hacen a las de Alcoy, Cocentaina y Muro. Otra alternativa es vender la cosecha a cooperativas privadas como al de Caudete.
La Cooperativa castallense, explica el administrativo Francisco Vicente, está haciendo un gran esfuerzo por admitir toda la producción, “intentamos dar soluciones a todas las personas que vienen para no rechazar a nadie”. Para ello, añade, “estamos pidiendo paciencia a nuestros socios porque pueden haber retrasos en la entrega”.
Igualmente abiertos están en la Cooperativa de Onil, adonde han acudido ya más de trecientas personas. El presidente, Luis Belda, explica que la Junta Rectora llegó al acuerdo, recientemente, de cerrar las puertas “si la situación se desborda”. Con 600 socios, la Cooperativa colivenca sabe que todo dependerá de los kilos que lleguen “si vienen de forma escalonada, podremos atender toda la demanda, de lo contrario, habrá problemas”.
Para ambas sociedades, éste es un año de transición, donde habrá que valorar el crecimiento de socios experimentado y realizar las inversiones necesarias para la ampliación de instalaciones, si fuese necesario.
El secretario de la Cooperativa de Ibi, José Luis Garrigós, afirmaba a este periódico que las instalaciones están cerradas pero continúan con las gestiones para encontrar inversores, después de que un grupo ibense, formado por una veintena de miembros, haya decidido retirar su oferta, comenta Garrigós.