Aunque en múltiples situaciones cotidianas me creo aquella máxima de ‘To er mundo é güeno’, como demostró con maestría Manolo Summer en sus dos películas de cámara oculta, en política nunca suele ser cierto. Que la alcaldesa Maite Parra (PP) le regale la concejalía de Fiestas a Juan Valls (CDL) generosamente, sin contraprestación, me parece que no se lo cree nadie.
Ahora seguramente el voto que le hace falta a los ‘populares’ para sacar adelante sus decisiones en el Pleno saldrá de las manos del centrista. Vamos, que casualmente estarán en sintonía, cómo no. Sin pacto de gobierno, claro, que el CDL va a seguir conservando su independencia, faltaría más.
Supongo que la carne es débil y después de décadas de espera para poder tocar poder, gobernar y cambiar cosas en tu pueblo, la tentación allana el camino y el espíritu crítico se ablanda. Pero mucho me temo que Valls se verá en los próximos meses en el dilema entre tragar o dar un puñetazo en la mesa, con lo que dejará de ser concejal de Fiestas. Tal o cual proyecto urbanístico, una reclamación a la Generalitat para que invierta en servicios sanitarios o educativos... más tarde o más temprano, los intereses y el criterio de sus compañeros de equipo de gobierno de Maite Parra chocarán con los suyos, y Valls se tendrá que replantear si no vendió su alma al diablo.
O quién sabe, tal vez incluso congenien tanto que él termine en la candidatura del PP en las próximas elecciones. En algunos municipios, como Elda, los centristas han cosechado en alguna ocasión los votos que les han faltado a los ‘populares’ para ganar en las urnas.
Casi siempre que hay buenos cargos en juego, la gente se acaba entendiendo. Por ejemplo, con las dedicaciones exclusivas, secretarios de grupo y resto de cholletes, parece que ha habido pocas discrepancias entre todos lo grupos. Habiendo para todos, también el PSOE, IU y ADii han estado calladitos aunque la factura global de estas dudosas responsabilidades (¿dos secretarias para la alcaldesa?) no tenga ni pies ni cabeza en estos tiempos de austeridad, crisis y recortes.