Las elevadas cifras de desempleo son la consecuencia más grave de la actual crisis económica y en Ibi la situación se califica de “dramática y muy grave”, según un estudio realizado por el experto en temas laborales, José Antonio Cózar, basándose en los datos estadísticos del INEM.
El informe aborda la evolución del paro desde el año 2005 hasta febrero de 2011, mes al que se llega con un número de 2.967 desempleados, inscritos en las listas de la oficina local del INEM.
Sin embargo, este dato alcanza mayor relevancia si se tiene en cuenta la cifra de población activa (entre 16 y 65 años) y que en Ibi es, aproximadamente, de 16.650 personas sobre un censo de 23.861 habitantes, según datos del INEM, al cierre del año 2010. Esto supone que uno de cada cinco ibenses, aproximadamente, está en paro.
En el estudio se destaca, por tanto, una situación “tremendamente preocupante” en materia socio-laboral, que se agrava con otros datos como el que hace referencia al número de personas que actualmente se beneficia de algún tipo de prestación.
Según el citado informe, de los 2.967 parados de febrero, 1.703 personas cobraban algún tipo de prestación (de nivel contributivo, asistencial o renta activa de inserción). Ello supone una tasa de cobertura del 57,40 por ciento, cuando la tasa de cobertura a nivel nacional para dicho periodo era del 73,67 por ciento.
Sin embargo, la grave realidad que desvelan los datos contrasta con una imagen menos crispada, a pie de calle, de lo cabría esperar, seguramente por el aumento de la economía sumergida con motivo de la crisis, como ya denunciaba el pasado mes de marzo el sindicato UGT, en su informe mensual de la evolución del paro.
El secretario general de la UGT La Muntanya-Valle del Vinalopó, Vicente Prieto, denunciaba que esta situación lleva aparejada “una competencia desleal con otras empresas que cumplen, mayor fraude a la Seguridad Social y la Hacienda Pública, una merma en los derechos de los trabajadores y la disminución en la cotizaciones a la hora de cobrar cualquier tipo de prestaciones económicas, subsidios, enfermedad, accidente laboral o jubilación”.
El estudio de José Antonio Cózar también analiza la evolución de la contratación con un destacado incremento de la temporalidad (en febrero de este año, de los 233 contratos realizados, 200 fueron temporales) lo que demuestra, a su juicio, una innegable realidad como “la falta de pedidos, agravada por las restricciones de crédito y por las trabas que una empresa encuentra hoy para financiarse”.
Pese a todo ello, los peores años de la destrucción de empleo fueron 2008 y 2009 puesto que se pasó de 1.463 parados en Ibi en diciembre de 2007 a 3.027 en diciembre de 2009. El año pasado la situación se estabilizó, cerrando el ejercicio con 3.115 personas sin trabajo, y en el primer trimestre de 2011 se está, de momento, variando la tendencia con una disminución del desempleo.
Los sectores más castigados son la industria y los servicios, que son los que dominan el desarrollo económico local. La construcción ya sufrió en los años anteriores la embestida de la crisis.