Llevamos solo seis meses de legislatura y empezamos bien. Esta semana nos hemos encontrado una situación que creíamos lejana en el tiempo y desterrada de los códigos éticos y democráticos que deben figurar en el decálogo de cualquier político que trabaje al servicio de los ciudadanos.
Por lo que ESCAPARATE ha podido saber, el concejal portavoz del CDL, Juan Valls, está lejos de cumplir estas normas básicas de comportamiento en el ejercicio de su función como representante público al servicio de sus ciudadanos.
Bajo su particular y parcial opinión, él distingue lo que debe o no llegar a los medios; es decir, discrimina a ESCAPARATE por entender que “hacemos mal uso de la información”, y por eso no debemos recibir información pública en determinados casos.
No entendemos exactamente este mensaje, pero la gravedad del asunto no es para pasarlo por alto. Vetar a un medio de comunicación no es vetar al periódico, ni siquiera a los profesionales que trabajamos en él; es vetar a todos sus lectores, en este caso, miles en toda la comarca, para que reciban de forma libre toda la información surgida desde los estamentos públicos. Esto es una de las primeras obligaciones que un representante público debe tener en su cabeza.
Precisamente en 2012 se conmemorarán los 200 años de la Primera Constitución Española de Cádiz, en la cual ya se incluía la Libertad de Información como un Derecho Fundamental. Este veto sorprende todavía más cuando tiramos de nuestra hemeroteca más reciente y encontramos infinidad de informaciones y noticias relativas a su gestión como edil de festejos, a su candidatura como alcaldable en las municipales o su extenso y hasta atractivo programa electoral que, hasta el momento, no está cumpliendo.
Entre las propuestas que rezaban en su ideario político podemos encontrar el apoyo a las empresas locales, proporcionar los medios para reducir el paro en Ibi, anunciando, además, una legislatura donde “se daría un ejempo de democracia”, sin olvidar el “profundo estudio de los medios de comunicación” que se planteaba en ese programa. Lamentablemente todo esto no se cumple.
Creemos que el señor Valls tiene la oportunidad de cambiar su pésima y anacrónica estrategia como representante público y empezar a considerar que la audiencia de ESCAPARATE no merece esta actitud. Esperemos que recapacite.