Curiosa teoría, la de Jaime Mayor Oreja, de que el Gobierno y ETA son aliados. La Justicia tiene ya bastantes pleitos como para meter mano al eurodiputado con estas acusaciones vergonzosas, pero confío en que los electores juiciosos castiguen como se merecen a él y a sus siglas, por todos esos cantamañanas del PP que han jaleado y aplaudido la gansada. Como Mayor Oreja está considerado en sus filas populares como un experto en el terrorismo vasco, pues puede ladrar la primera estupidez que se le ocurra.

Tiene mucha lógica, su tesis: el atentado salvaje que se llevó por delante a dos inocentes ecuatorianos en Barajas fue un favor de los gudaris libertadores de Euskadi a Zapatero. Vamos, que la popularidad del presidente subió como la espuma con aquella jugada. Y a los etarras, lo que más les conviene es que la Guardia Civil y la Policía siga cazando a sus jefes todos los meses. En realidad, en la cárcel se sienten tan calentitos y arropados por el Estado opresor, ese que adoran y en el que quieren vivir, que por eso han pactado con ZP este acuerdo tan beneficioso para ambas partes.

¿Cómo se puede ser tan cenutrio, como analista político? O manipulador. Y todos los esfuerzos, en ilegalizar a los batasunos para que no entren en los ayuntamientos. ¿No habría que preguntarse porqué cosechan todos esos votos para alcanzar, en algunos municipios, hasta la vara de mando? ¿No sería mejor enseñar a esos votantes a qué banda asesina y mafiosa respaldan? En lugar de ilegalizaciones, que alimentan su victimismo y la coartada de que están en guerra, déjenles mostrar su inexistente programa político y que algún día no muy lejano nadie les dé su papeleta en las urnas. Ni cuenten con la complicidad de los impresentables por ambiguos miembros del PNV.